martes, 20 de septiembre de 2016

Cordón Cristal: Un lujo de los Andes Patagónicos

Casi tres años tuvieron que pasar para regresar al maravilloso Valle del Miller. En estricto rigor, se trata de un valle subsidiario del mismo, cuyas montañas se han ido ganando un lugar a pasos agigantados en mi mochila de anhelos. Su acercamiento “digno” y las inagotables posibilidades del sector nos condujeron hasta el para mí, mejor mirador de los andes patagónicos que he podido visitar: El Cordón Cristal (2.400 mts.). 


Por si no leyeron el relato, esta fue la primera actividad que realizamos en el sector hace un par de años Abriendo ruta en Patagonia: "La Via de los Seracs" . Hicimos el mismo viaje y acercamiento. Coyhaique, Murta, Sanchez y el final de un camino vecinal. Más tarde sus respectivas horas de marcha, y levantamos nuestro campamento a los 1.400 mts., en el corazón helado de este privilegiado valle montañoso. Posteriormente analizamos la ruta que abordaríamos al día siguiente y nos fuimos al sobre.


A las 06.00 hrs. nuestros crampones comenzaron a morder la nieve dura, abriéndose paso en una noche iluminada y fría. Ascendimos directo hasta la entrada de un evidente canalón, del cual no sabíamos mucho. Fue un trayecto cómodo, sin contratiempos, amenizado por un potente amanecer cargado de colores, luces, sombras y el perfil rugoso e infinito de estas celestiales moles andinas.


Los tres miembros del equipo (Lalo, Guido y Alturasur), nos reunimos próximos al canalón y fuimos por él. La nieve estaba regular y en ocasiones bastante aceptable. Nos movimos rápido y animados, ganando valiosos metros en dirección a la salida. En medio del canalón vino el primer resalte de la ruta, un tramo de mixto donde montamos la primera reunión de la mañana y desempolvamos los “juguetes” de escalada.
  

Superado aquel tramo vino otro de menor complejidad, seguido de una rampla de nieve ascendente donde progresamos desencordados. Estábamos en lo más profundo del canalón, en el corazón mismo de la montaña que se mostraba amable. En los últimos metros previos a la salida nos sorprendieron algunos metros de hielo cristal bastante verticales y un tramo de mixto que lucía aéreo y expuesto, pero finalmente los resolvimos.


La canaleta había llegado a su fin. Frente a nuestros ojos podíamos ver el enorme filo de orientación suroeste/noreste que recorre en toda su extensión este cordón, además de la cumbre suroeste que se apreciaba muy cerca. El sol - que había sido esquivo - nos acariciaba gratamente, entregándonos una necearía inyección de calor a nuestras humanidades. Nuevamente desencordados, seguimos rumbo hacia lo más alto.



Rodeados de un paisaje maravilloso, y luego de casi 8 horas de esfuerzo, nos paramos sobre la cumbre de este coloso. Estábamos 1000 metros por sobre nuestro campamento, disfrutando de innumerables montañas y glaciares. El San Valentín, San Lorenzo, Cerro Castillo, todos estaban ahí, formando parte de una postal de aquellas que marcan a fuego la vida de un montañista. La felicidad nos embargaba.



Descendimos por cómodos canalones de nieve. No hubo contratiempos. Llegamos a la carpa alrededor de las 17.00hrs. hambrientos y deshidratados, pero con el corazón lleno de esa energía que solo las montañas son capaces de transmitir. Una compensación espiritual que seguramente ustedes, que están leyendo esto, podrán entender. Pasamos nuestra segunda noche en la montaña y regresamos a casa al día siguiente, coincidiendo con el cumpleaños de Chile.  


PD: Hasta el momento no existe información ni referencias respecto de otros ascensos al Cordón Cristal, ni menos antecedentes en cuanto a la ruta utilizada. En la montaña solo abandonamos una anilla de cinta plana que utilizamos para hacer un rapel desde la cumbre suroeste y un stopper que nos fue imposible retirar en la 2da reunión.

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